Dios creó a la mujer igual al hombre: ambos igualmente creados “a imagen y semejanza de Dios”3/2/2023
Por José L. González Dios creó a la mujer igual al hombre: ambos igualmente creados “a imagen y semejanza de Dios.” No los creó al mismo tiempo, ya que primero tuvo que preparar al hombre para su papel de liderazgo. Tampoco los hizo idénticos, ya que cada cual tiene un llamado diferente y complementario. Pero la diferencia entre ellos no los hace desiguales en esencia, en valor o en autoridad. Ambos están llamados a presidir juntos sobre la creación natural ejerciendo dominio a nombre de Dios para Su gloria. A ambos les dio el llamado de crecer y multiplicarse, algo que ninguno de ellos puede lograr hacer por sí solo: el hombre y la mujer son interdependientes y complementarios. Ambos fueron creados para el amor. Notemos que aún antes de crear al hombre y a la mujer Dios expresa su naturaleza, que es amor, en el mandato “Sean fecundos y multiplíquense”, dirigida a las plantas, los peces, las aves y los animales. La unión de dos seres de sexo opuesto que se funden para dar origen a otros como ellos requiere de un binomio varón-hembra. Leemos ocho veces en el primer capítulo de Génesis la frase “según su especie”: dos veces refiriéndose a las plantas en el versículo 12, dos veces más refiriéndose a los peces y a las aves en el 21 y cuatro veces más refiriéndose a los animales en el 24 y 25.
En el capítulo 2 de Génesis, la Biblia detalla cronológicamente la creación de los seres humanos. Esta comienza con el varón (Génesis 2:7), una medida provisoria, ya que la humanidad necesitará ser completada con la creación de la mujer. Así lo dice Dios explícitamente (2:18): “No es bueno que el hombre esté sólo.” Dios procede a capacitar a Adán para su tarea de dominio, comprendiendo las plantas y los animales, incluyendo, sin duda, su reproducción sexual. Es así como Adán se da cuenta que no hay para él correspondiente complemento. Hay varios argumentos bíblicos de peso sobre la igualdad del hombre y la mujer:
La lógica dicta que un ser superior no puede derivarse de un ser inferior, sino que cada uno sólo puede dar origen a alguien como él mismo. Si el hombre y la mujer fueron creados iguales, complementarios e interdependientes, ¿en qué se basa la supuesta “subordinación” de la mujer al hombre? El enemigo ha tratado de engañar aún a los cristianos, con una serie de ideas erradas:
Cada una de estas suposiciones puede ser fácilmente rebatida:
Algunos pasajes bíblicos han sido mal usados para justificar la idea pagana de la inferioridad de la mujer.
Históricamente, la inferioridad de la mujer en comparación con el hombre es parte de nuestra cultura por nuestra herencia católica. La Iglesia temprana la heredó del judaísmo y luego del Helenismo cuya influencia fue profunda en los primeros siglos. El catolicismo exalta la figura imaginaria de la “Virgen María”, pero condena a las mujeres de carne y hueso a la misma subordinación que le asigna la cultura popular. En lugar de respaldar su justa igualdad, les inculca paciencia, abnegación y sacrificio, imitando a María, su “mater dolorosa.” Los comentarios están cerrados.
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